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El músculo Psoas y el cuidado quiropráctico: Todo lo que necesitas saber sobre quiropráxia y el músculo psoas.

Actualizado: 16 oct


Posiblemente habréis oído hablar del psoas, sobre todo si os gusta hacer deporte o verlo desde el sofá, ya que muchos deportistas de élite sufren lesiones en este músculo. Conocer la relación entre quiropráxia y el músculo psoas es esencial para entender su importancia en el bienestar físico.


Este músculo va desde la duodécima vértebra torácica, hacia abajo hasta la quinta lumbar, por la parte anterior de la columna, atravesando la pelvis y llegando hasta el fémur. Por tanto, este músculo conecta la parte superior e inferior del cuerpo, funcionando de puente entre ambas. La quiropráxia y el músculo psoas están conectados, ya que un psoas saludable es fundamental para una buena postura y movilidad.


Conocer su localización nos ayuda a entender sus funciones:

  • Si necesitas agacharte, el psoas se encarga de que te dobles hacia adelante.

  • Te permite acercar las piernas y la cadera al pecho para correr, subir escaleras o andar.

  • Estabiliza tronco y columna, tanto en movimiento como en reposo.

  • También tiene funciones importantes en el mantenimiento de los órganos pélvicos, ya que actúa como una bomba hidráulica ayudando a la circulación de la sangre y la linfa.

  • En algunas filosofías orientales se le conoce como el músculo del alma, ya que está muy involucrado en las reacciones físicas y en los aspectos emocionales. Cuando estás estresado, el psoas se contrae, tomando parte activa en el proceso conocido como de lucha o huída, regulado por el cortisol y la adrenalina, que son las hormonas del estrés.


En periodos continuos de estrés está siempre contraído, lo cual produce diversos problemas. Esto también ocurre cuando pasas muchas horas sentado, si realizas carreras prolongadas o incluso si te pasas haciendo sentadillas.


¿Cómo saber si está desequilibrado?

Si tu psoas está acortado, puede que notes dolor en la parte baja de la espalda o en las caderas. Está causado por la compresión que realiza el músculo sobre los discos intervertebrales de la región lumbar. La mejor forma de evitar que esto pase es mantener el psoas estirado para aliviar la tensión.


También es posible el caso contrario, tenerlo demasiado estirado. Es poco habitual pero podría generar problemas y debilidad.


Algunas pistas o consecuencias de este desequilibrio son (verás que coinciden con varias de las pruebas o preguntas que te realizamos en la consulta):


  • Diferencia en la longitud de las piernas

  • Problemas de postura

  • Dolor en la rodilla o en la zona lumbar

  • Respiración superficial o torácica

  • Dificultades para el movimiento intestinal

  • Dolores menstruales

  • Cansancio


Así que para tener un psoas más saludable ajústate regularmente, estira y sigue los consejos de tu quiropráctico, de esta manera contribuirás a su correcta elasticidad y a mantener una postura adecuada, lo cual está estrechamente relacionado con la quiropráxia y el músculo psoas.

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